lunes, 23 de abril de 2012

Si no queda otra, pienso

El otro día tuve la ocasión de hacer un trámite en una oficina pública. Me agarró desprevenida. Si yo sé que voy a tener una espera, así sea de 5 minutos, me llevo, como mínimo, algún aparato para escuchar música. Para esperas más largas, material de lectura. Yo soy una persona sumamente inquieta, necesito llenar los vacíos de actividad con algo, y por eso siempre voy preparada. No hay viaje en colectivo, cola de banco o espera de médico que me agarre sin algo que leer o escuchar. Salvo que esas situaciones sean inesperadas. Como esta vez. En esa oficina de ARBA, viendo avanzar muy lentamente unos números que estaban muy lejos del mío, me vi en la obligación de hacer algo que me horroriza: sentarme ahí, sin nada que hacer, a esperar que pase el tiempo. Y, mientras esperaba, me puse a pensar.
Muchas veces he visto gente tolerar largas esperas sin un diario a mano, sin un MP3, sin una PSP, sin un tejido, sin un proyecto de novela a medio escribir, sin nada que los ayude a pasar el tiempo. Simplemente ahí. Pensando. Y la verdad que ese estoicismo me genera hasta una cierta admiración. Al verse en la obligación de permanecer largo rato en un lugar, quietos y callados, ¿qué clase de ideas, de desarrollos argumentativos, de edificios de abstracción se les ocurrirán, por ejemplo, en el 68 de Once a Puente Saavedra? Y se me ocurrió que, entonces, yo debo pensar mucho menos que los demás. Yo, que lleno incluso los tiempos muertos inferiores a 10 minutos con alguna cosa, no debo pensar casi nada.

3 comentarios:

  1. En general, lo que sucede es que se desencadenan los ensueños.
    Esa especie de soñar despierto sonde todos tienen como destino, el deseo más íntimo, el que más nos compensa y tenemos ahí, en el horizonte.
    (Ah, yo también suelo tomar el 68. Por ahí nos vimos)

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  2. Ay, porqué será que cuando decís eso me imagino que el 90% deben ponerse a soñar con lo mismo...
    Igual, no es que yo no sueñe despierta, es que lo hago más antes de ir a dormir que en la cola del banco.
    Nos habremos cruzado en un 68 alguna vez? Cómo saberlo...

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  3. Güenas....
    Yo quería decirle que me pasa algo parecido. Más bien lo mismo. Y recordé algo que tal vez tenga relación. Hace un tiempo corto hubo una gran tormenta que dejó sin electricidad a mucha gente por los árboles que arrancaron cables y postes. En casa fuimos víctimas de la falta de energía. Mi cuñado estuvo de visita con su mujer y hablábamos del tema obligado: la falta de electricidad. Cuando estaban por irse dijo: -maldición, parece que tendremos otra noche sin tele... vamos a tener que hablar-
    Tal vez eso pasa con uno mismo. La distracción des-reponsabiliza del hecho de enfrentarse con sigo memsmo.
    Por ser la primera vez que entro por acá estuve pesado. Diculpe, ninia. :)

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