viernes, 11 de febrero de 2011

Cualquier usuario regular de transporte público sabe que es cada vez más frecuente compartir el tren/subte/colectivo con gente que escucha música en su celular mediante los parlantes externos, es decir, imponiendo sus gustos musicales a todos los pasajeros.
Como también es sabido, la gran mayoría de las veces, las personas que escuchan música a tanto volúmen como sus parlantes de celular se lo permiten suelen inclinarse hacia la cumbia, el reggeton y afines, cosa que incomoda muchísimo a quienes no compartimos esos gustos. lamentablemente, no hay mucho que podamos ahcer aparte de incomodarnos en silencio. Una vez intenté enfrentar la música impuesta con la mía propia, pero fracasé miserablemente: los parlantes de mi celular eran infinitamente menos potentes que los de mi rival. El resultado sonoro era como estar en medio de un recital de cumbia, con Angra tocando a 2 cuadras de ahí.
Sin embargo, ayer me tomé el tren y, en medio del viaje, un chico hizo algo maravilloso: desenfundó su celular y mediante los parlantes externos, se puso a escuchar... Pink Floyd.

(Lo siento por la gente que no quería escuchar Pink Floyd, y por supuesto que yo prefería volver a la era en que cada uno escuchaba lo que quería con auriculares, pero en ese contexto, lo que hizo este muchacho fue magia. Gracias muchacho.)

3 comentarios:

  1. buenas, estube leyendo un par de post, esta muy bueno, muy entretenido. felicitaciones.
    abrazo

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  2. Oh, muchas gracias! Esto es un rejunte de pavadas, lo hice para poder seguir otros blogs, y depsués terminé posteando...
    Puedo saber desde dónde llegaste acá?
    En fin, Sr. Magolla, gracias infinitas por seguirme!

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  3. Así es, la difusión de lo perjudicial que suele ser el uso de los auriculares parece haber desatado esta epidemia a la que te referís en tu post.
    A esto se suman los que usan el nextel en modo radio con el parlante abierto obligándo a quienes compartimos el entorno a escuchar los metálicos comentarios.
    Es un caso más de "peor el remedio...", una nueva forma de disconfort cotidiano.

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