Últimamente, el crochet cunde de un modo alarmante. No sé cómo lo hicieron, pero un misterioso cartel de tejedores, vendedores de lana y afines, de algún modo, consiguió convencer a la población de que muchos objetos que están fenómenos así como vienen necesitan una funda de crochet.
Falta poco para esto |
Conclusión: los conspiradores del crochet son unos ídolos. Lograron convencernos de comprar objetos tan horrendos como inútiles. El departamento de marketing de Unilever se muere de envidia.
¿Niña, no sabe si se conseguirán fundas de crochet para las picanas que venden en Mercadolibre? (no había visto el comentario que habías dejado)
ResponderEliminarNo me sorprendería que las hubiera. Seguro que para esta temporada sacan unas en colores flúo muy monas.
ResponderEliminarY no me trates de usted que me hacés sentir mayor (?)